Lluvias ácidas, lo que debemos saber

Las lluvias ácidas son fenómenos naturales, consecuencias de eventos no naturales causadas por la humanidad. Pasaron muchos años para que nos diéramos cuenta del daño que habíamos causado. Y pasaron otros años más para ver que efectos dejaban las lluvias ácidas.

En esta entrada tocaremos el tema sobre las lluvias ácidas, una breve introducción a un tema tan importante. Esperamos les sirva de apoyo para conocer más sobre los efectos del cambio climático. Y si también desean indagar más sobre el contenido, pueden acceder a https://cumbrepuebloscop20.org/medio-ambiente/lluvia-acida/

Conociendo sobre las lluvias ácidas

Como anteriormente se mencionó, las lluvias ácidas son fenómenos naturales de causas no naturales. Esto quiere decir que es un evento espontaneo, actuando junto a otro evento que no debería estar ahí. Siendo más concretos, las lluvias ácidas son el producto de la humedad del aire que interactúa con los gases industriales.

Estos gases industriales contienen óxidos de nitrógeno y azufre, que al reaccionar con la humedad del aire se convierten en sus respectivos ácidos. Por eso se le nombra lluvia ácida, ya que su grado de acidez aumenta.

Estos ácidos (acido nítrico y ácido sulfúrico) son inestables y muy corrosivos, causando daños a los ecosistemas. La acidez de esta lluvia es tal, que puede ‘’comerse’’ el mármol y la caliza. En los ecosistemas marinos, con solo acidificar el agua ya es bastante daño a las especies vegetales y animales.

En los ecosistemas terrestres, primero acidifican los suelos y afectan a las plantas, posteriormente van escalando los efectos.

Las lluvias ácidas suceden a nivel mundial, como una consecuencia del cambio climático. Se saben de cultivos, estructuras y habitats que han recibido muchos daños a causa de estas lluvias. En muchos casos estos efectos se observan a largo plazo, cuando los daños se vuelven perceptibles.

¿Qué podemos hacer para disminuir sus efectos?

Dentro de las alternativas que existen, esta la disminución del uso de combustibles fósiles, disminuyendo el uso de vehículos, optando por transporte público, vehículos híbridos o bicicletas. Otra de las alternativas es aumentar los impuestos a las empresas que no disminuyan su emisión de gases. También se busca promover iniciativas comunitarias para el cuidado de áreas verdes.

Por otro lado, existen investigadores que están desarrollando tecnologías para procesar estos gases. Estas tecnologías siguen en desarrollo, y para entonces se aplican alternativas de menor impacto, pero de eficacia asegurada. Muchos analistas indican que pasaran muchos años para que la humanidad pueda desapegarse de los combustibles fósiles, sin embargo, las alternativas prometen aun más.

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